Durante los últimos años de su vida, Yogananda pasó más tiempo en reclusión, en lugar de viajar y dar conferencias. En este tiempo escribió muchos libros y artículos. En 1946, Paramhansa Yogananda escribió su clásico espiritual, Autobiografía de un Yogui. Desde entonces, el libro ha vendido más de 5 millones de copias y ha sido traducido a al menos 34 lenguajes.
Yogananda dejó su cuerpo el 7 de marzo de 1952, mientras daba una conferencia en el Hotel Biltmore en Los Angeles, California. Acababa de terminar de recitar un poema que escribió, llamado Mi India, de su libro, Susurros de la Madre Eterna.
Poco luego de su fallecimiento, Self-Realization Fellowship recibió una carta de la funeraria que tenía el cuerpo de Yogananda. Decía que, aunque un mes ya había pasado, el cuerpo de Yogananda todavía estaba en perfectas condiciones. Estaban impresionados, ya que nunca antes habían visto algo similar. Quizás algo de la naturaleza divina de Yogananda aún permanecía en su cuerpo.
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